Carta de despedida (Relato para el concurso #historiasdesuperación de Zendalibros e Iberdrola)
Desde este rincón oscuro espero el final. Estoy rodeado de
bolsas y sé que detrás de los plásticos que tratan de cubrirme estás tú. Que
estás tendida en esa cama aséptica desde hace unas horas, que tratas de
recobrar la conciencia, que, sin duda, cuando despiertes me echarás de menos…
Desde este rincón oscuro recuerdo cuando te lo dijeron. Recuerdo que
te llevaste las manos a la cabeza y lloraste un poco. Poco, porque no podían
verte llorar los niños. Pedrito y Elena sollozaron a escondidas hasta agotarse cuando
estábamos en la cama. Pedro, su padre, me acarició durante estas semanas con
una dulzura inagotable.
Desde este rincón oscuro recuerdo el último beso de Pedro.
El que nunca volverá a darme. Hace unas horas, cuando ya estábamos en el hospital, tú tumbada en esta
cama con el camisón abierto, despejado sobre mí. Llegaba el momento de entrar en
quirófano y Pedro se inclinó amoroso sobre tu cuerpo, besándome sobre el pezón. Aún recuerdo su cercana sombra y su aliento cálido y los segundos de amor que me llevaré siempre conmigo.
Desde este rincón oscuro echo de menos a Pedrito y Elena: cuando me succionaban con fruición, las veces que los acunaste sobre mí, recuerdo sobre todo su olor a inocencia. Echo de menos cómo te palpitaba el corazón (y me golpeaba) cuando ellos estaban cerca, cuando les ocurría algo malo, cuando tenían fiebre o venían llorando del colegio.
Desde este rincón oscuro echo de menos a Pedrito y Elena: cuando me succionaban con fruición, las veces que los acunaste sobre mí, recuerdo sobre todo su olor a inocencia. Echo de menos cómo te palpitaba el corazón (y me golpeaba) cuando ellos estaban cerca, cuando les ocurría algo malo, cuando tenían fiebre o venían llorando del colegio.
Desde este rincón oscuro sé que, sin duda, cuando despiertes
me echarás de menos. Esta es la lucha, amiga. Ha sido siempre así. Era caer yo
ahora o caer tú en un futuro muy próximo. Aún recuerdo que te llevaste las manos a
la cabeza en la consulta del doctor y me palpaste con cariño mientras las
lágrimas caían…
Desde este rincón oscuro espero el final. Espero mientras cierran
estas bolsas oscuras que me cubren. Espero que te recuperes pronto y vuelvas a sentir las
caricias y los latidos, y el futuro que ha de llegar. Espero que vuelvas a
sentir los besos y que poco a poco dejes de echarme de menos. Yo no soy tan
importante, amiga, lo importante es vivir.
Un abrazo, tu pecho
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Relato para el concurso "Historias de superación" convocado por Zenda Libros e Iberdrola
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Un jurado formado por
los escritores Espido Freire, Lara Siscar, Paula Izquierdo, Juan Gómez-Jurado,
Juan Eslava Galán y Miguel Munárriz seleccionó este relato el 6 de febrero
entre los 10 finalistas del concurso #Historiasdesuperación de Zendalibros e
Iberdrola
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