Cinco (Relato para el concurso #historiasporlaigualdad de Zendalibros e Iberdrola)

Soy indicativo de conformidad y, para más inri, prensil. Voy a mi bola, aunque no del todo. Me gustaría separarme de los otros, pero no me es posible. Somos  como siameses. El Ser no tiene en cuenta mi grandeza, pero sé que algún día dominaré el mundo. Tengo otros tres hermanos. Uno muy similar a mí y los otros dos son bastos y regordetes y trabajan a mucha distancia. Y a pesar de eso los puñeteros Hermanos Grimm minimizaron mi nombre. Se atrevieron esos indecentes. Cuando sin mi ayuda no habrían podido asir la pluma que les dio la gloria. Y sin mis movimientos habría tantas personas que no podrían dar a entender un OK. ¿Es que no se enteran? ¡Igualdad a mí!

Soy un tipo fundamental que va siempre por delante. Cuando el Ser quiere algo, yo servilmente lo indico. Y lo tiene. Soy el puto amo. Cuando el Ser quiere destacar sobre el resto, me elevo en el aire, dejando abajo la maraña de pelos que cubre su cabeza y dejando a estos cuatro inútiles que me acompañan arrugados, doblegados ante mi poder. Me revienta que nadie me tenga en cuenta, me pongo malo cuando dicen eso de “¡Choca esos cinco!”, ¿cómo que cinco?: Mi nombre es tan importante que todos los libros del mundo comienzan con él. Índice.

Tengo el nombre del órgano motor del Ser. La putada es que estoy en medio. Estos cuatro gañanes no se despegan de mí ni a sol ni a sombra. Únicamente cuando el Ser quiere demostrar su desprecio por el mundo se acuerda de mí. ¡Me da tanta rabia! Pero… ¡si soy el más alto! ¡Eso tendría que significar algo para Él!

Soy emotivo, emocional, sensible. El Ser me quiere, lo sé. Me adorna con aros de latón, de oro, de plata. Me mima. Me dan pena los otros cuatro, no se percatan que no son nada para el Ser. A mí me acicala más que a nadie. No es que sea superior a ellos, pero sé que soy muy especial.

“¡Échame una mano!” Ya estamos otra vez. Con la misma cantinela. ¡Que no, que no y que no! Ya estoy harto. No quiero que me consideren en el mismo equipo que estos cuatro perdedores. Pero si yo soy fundamental. Aporto el equilibrio. Soy el contrapeso. Y si no, ¿por qué el Ser me eleva al tomar el café? Soy imprescindible.

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Un jurado formado por los escritores Lorenzo Silva, Espido Freire, Lara Siscar, Paula Izquierdo y la agente literaria Palmira Márquez seleccionó este relato el día 14 de marzo de 2017 entre los 20 finalistas del concurso. Gracias al jurado y a todos los que lo leyeron.

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